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sábado, 17 de julio de 2010

ARQUITECTOS VS.CONTADORES (Relato de ficción)

“¡A ti te andaba buscando contadorcito hijo de la rechingada!”- “¡pues aquí estoy para lo que se te ofrezca, pinche arquitecto sinvergüenza!”- y sin mediré más palabras pasaron ambos distinguidos personajes a los hechos, en la que patadas, mandobles, y jalones de cabello abundaron ante el regocijo de la gente que comenzó a reunirse para presenciar el duelo entre Karate Kid I Versión, y el hijo de Bruce Lee.

“Eres un sinvergüenza arquitectito, y te lo voy a demostrar” - “A ver, vente si eres tan hombres”, tran, pas, cuas,- “¡sepárenlos!, ¡sepárenlos”” se oyó una voz femenina angustiada que pedía la intervención de la policía, pero el alcalde que ya había bajado luego de escuchar el alboroto atemperó las aguas, “Déjenlos, nomas que desquiten su coraje y ya los dejamos ir”, a esas alturas el contador ya le había dado una arrastrada al arquitecto y estaba por estrellarlo en la puerta de la Suburban oficial, cuando entonces si vino el grito, “Ah cabrón, ahí no porque no hay dinero ahorita para enderezar la lamina”, fue en ese descuido al querer poner atención al jefe cuando el arquitecto se volteó, y… “¡No cabrón, piquete de ojos no, juega limpio como hombrecito!”, a estas alturas las cámaras de Tele Sur, Comunicación Social, Orlando Trujillo, Efrén del Viento, Noé Guzmán, más las gráficas de Tribuna Sur, El Faro, El Sur, y el intrépido Rulas de Diario de Zapotlán y montón de celulares, estaban atentas para ver el desenlace.

“No me muerdas, no me muerdas”, “No sea llorón, hombre fueras además desde hace mucho te traigo ganas por creidito, ahorita te voy a bajar los humos a punta de chingadazos” gritaba el arqui que mostraba ya huellas de la batalla asemejando al Caballo Blanco del famoso corrido de José Alfredo, “Pues si tu debes, tu paga, porque aquí no vamos a pagar ni madre”, grito el contador lo que le valió los aplausos de sus allegados que comenzaron a echarle porras organizados por Ángel Gómez, “Duro, duro, duro”, lo que ocasionó que Quintero y Gabriel Mejía reunieran a los suyos en apoyo del patrón, con el clásico “Si se puede, si se puede, si se puede”, por lo que reanimado el arquitecto decidió irse a fondo, “Ora si vas a ver contadorcito de que color pinta el Verde”, y agarrándolo de las greñas lo fue zangoloteando por toda la explanada que mando construir sin darse cuenta que Javier Chávez le puso el pie y se fue rodando hasta abajo golpeándose el costillar, lo que aprovecho el contador para luego de desatolondrarse lanzarse desde lo alto con una patada tipo Bruce Lee buscando rematarlo pero para su mala suerte sin atinarle, yéndose a estrellar en el Tsuru de Catastro, “Ay guey, perate, perate, tapona, tapona, ¿quien dejó estacionado el carro en zona prohibida?”, pero ni uno ni otro atinaba a reponerse para continuar la batalla, lo que hizo que el público comenzara a abuchear a los rijosos, “Buuuuuu”, hasta parecen de la selección nacional”.

Mientras Quintero trataba de reanimar a su jefe, Ángel Gómez le aplicaba un masaje acomoda huesos al pobre contador que mantenía el animo pendenciero con el que inició la batalla, “¡Pero te he de volver a ver arquitectito!, ay, ay, ay”, mientras que aun lado el otro contestaba, “Cuando quieras, y donde quieras, ay mi costilla, creo que me rompió una costilla”, “Costilla, será retazo con hueso arquitecto usted cual costilla”, trataba de darle ánimos Gabriel a su ex jefe que adolorido fue subido a una ambulancia junto con el contador en un round más del duelo que enfrentan por las finanzas sanas del pueblo.

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