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sábado, 23 de marzo de 2013

LA PASIÓN SEGÚN DEL VIENTO... (CUENTO -SEGUNDA PARTE-)

La llegada de un grupo de centuriones remonos que no se sabía si habían pasado los exámenes de confianza acompañados de Quiqus el relojero, encargado de la detención de F. de Jesús rompió la tensión mientras que Judas Iscariote o Luchito, llegaba hasta los pies del maestro y con un beso en la mejilla le anunciaba; “Señor…son los de la auditoria superior, dicen que vienen a buscarte”, comprendiendo de lo que se trataba, el maestro replicó, “Luchito, con un beso entregas al hijo del hombre…en verdad os digo que estas peor que Arnulfo, pero te perdono por que no sabes lo que haces”, hasta ese momento Pedro Gabriel, encargado de la gestión del grupo tomó conciencia, y sacando de su estuche el arco de su violín, le cortó una oreja de un solo tajo a Figueroa, que curioso había acudido a ver de qué se trataba, “¡Ah, me han herido, me quejaré a derechos humanos, llevaré mi caso a la corte internacional.” A lo que F. de Jesús con una tranquilidad pocas veces vista suplicó, “Derechos Humanos, no seas llorón, ahí está tu oreja puesta otra vez, y ve con el doctor Romero para que te la cosa de nuevo". 

Pedro Gabriel dijo entonces amoroso, “¡Señor yo daré la vida por ti, no permitiré que te lleven!”, y el maestro, sabedor que lo escrito en los periodiquitos debería cumplirse respondió lleno de tristeza, “¡En verdad os digo Pedro Gabriel, que hoy antes que cante el gallo me negarás 3 veces!"

El maestro entonces fue llevado por medio atrio atado de manos, y siendo azotado por los centuriones entre las cámaras de Tele Sur, de Canal 5, y de Tuxpan Joven, y la mirada curiosa de la gente que recordaba lo que las sagradas escrituras de los periodiquitos del pueblo reseñaran, “Pisará la cárcel”, ¡Hasta que va a haber justicia!, ¡Sí! !Que lo arresten! siendo trasladado entonces hasta el parque vehicular, donde fue atado al chasís de un volteo, mientras que los mecánicos del sindicato de esclavos se repartían sus prendas que se jugaron a la suerte, y los inconformes de siempre lo azotaban riendo entre ellos, recordándole, “¡Ahora si…dile a Miguel Angel y sus figuras que te salven!".

A las afueras se había agolpado la gente inducida por la noticia que se les repartirían despensas, y becas para sus hijos, lo que no les cumplieron; comenzando entonces a renegar en contra de F. de Jesús, hasta ese lugar llegó Pedro Gabriel, disfrazado de mariachi con su violín en la mano, siendo visto por una mujer que ya lo conocía y quien le espeto, “¡Tú eres uno de sus seguidores!”, a lo que Pedro Gabriel contestó a la defensiva, “¡ Mujer, me confundes con otro!”, y siguió su camino donde fue visto por un hombre quien le reclamo entonces, “¡Tú eres Pedro Gabriel! yo te vi en las reuniones en mi colonia con F. de Jesus", perdiendo entonces Pedro el color y hasta el aliento, "¡No, no soy yo, yo nada mas iba pasando por que voy a las hamburguesas con mi cuñado el Primo!”, encontrándose más delante con Arnulfo, conocido fariseo asistente a los servicios al templo de Tele- Sur, quien al reconocerlo le gritó, “¡Quiobo mi Gabriel…! ¿No que no tronaba la pistolita?", respondiéndole Pedro G. “¡No, no se de que me hablas, yo no conozco a la persona que esta en el suplicio!” al decir esto ultimo el canto de un gallo se escuchó a esa hora, recordando entonces Pedro Gabriel lo dicho por su maestro, comenzando a llorar mientras tarareaba la clásica, “VIVA MI DESGRACIA PUES”

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