Buscar este blog

sábado, 19 de junio de 2010

LAVADERO MUNDIALISTA (RELATO DE FICCION)

La batalla inició desde temprano, el jefe rebelde Bernardino convocó a la tropa loca a la segunda batalla del 5 de Mayo en los terrenos de su guarida, en donde citados para darle el muere a un Don Peter, mientras presenciaban por televisión el partido entre Francia y México.

Armado de una Vuvuzela que un tío del Negro Lizardi había enviado días antes desde Sudáfrica, Arnulfo se paseaba por toda la casa sin que nadie pudiera meterlo al orden, esto hasta ocurrir lo inadmisible, alguien de los vecinos se quejó y llego la patrulla cuyos policías decidieron cortar por lo sano y le acomodaron una santa Madriza de dios padre, afortunadamente no se les ocurrió meterle la Vuvuzela por salva sea la parte, porque entonces si que otra hubiera sido la historia.

Cuando llegó la ambulancia para llevarse al afectado, el Clavo, viejo sabio en esos menesteres les indicó a los paramédicos que por el momento nadie podría acompañar al lesionado, porque estaba por arrancar el partido, pero si algo pasaba terminando irían todos al SEMEFO por la vuvuzela, y de pasada a identificarlo.

Fue así que las acciones dieron inició, con Terry Henry, conocido como Enrique Reyes sirviendo las bebidas y arrimando las botanas al respetable que en gran numero sufría por la ineficacia de Guille Franco, que ya parecía delegado de la CTM para asuntos regionales, cada llegada de el divo de la ribera, Carlos Salcido, causaba el revuelo y levantaba olas entre los asistentes que para pronto luego del Don Peter, le atoraron con un Tequila el Chamuco que sabe dios de donde se agenció Javier “El Pirulí”, por lo que al medio tiempo ya Víctor Gil lo sentía como si fuera Buchanna’s XXI comenzando a hablar en francés, el idioma de los artistas.

“Pinche Clavo no empieces con tus pendejadas, aquí todos le vamos a México”, regañó Nino al susodicho, mientras que fuertes toquidos en la puerta daban señal que alguien estaba afuera, “Ve a abrir pinche Negro”, para ese entonces el Negro ataviado con una manta multicolor, y un plumero vestido a la usanza Sudafricana, se acomidió a atender al visitante, que era un policía que aseguraba que por favor fueran por su amigo Arnulfo, porque los presos querían ahorcarlo porque lo estaban confundiendo con un Bafana- Bafana.

Luego de informar a los susodichos que terminando el partido se darían una vuelta, se acomodo de nueva cuenta la tropa para presenciar las incidencias posteriores, “Ya debe meter al Chicharito, pinche Aguirre nomás se esta haciendo guey” con la entrada del héroe de los Maistros de la cuchara, el equipo tricolor tomo otro color, todavía más con la aparición del abuelo Cuauhtémoc Blanco, vino entonces la opción para el Chicharo y Gooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooool”, el grito fue ensordecedor, todos corrieron a abrazarse unos a otros menos Nino que extrañamente se tiro al piso, cuestión que duro de dos a tres minutos hasta que Terry Henry se dio cuenta y acudió a auxiliarlo, “Pinche Nino nomás se esta haciendo pendejo, no le hagas caso” aseguraba el Clavo, mientras que el ogro de la montaña tomaba un tono morado en su rostro, “No cabrón se esta ahogando”, por lo que el Toto le aplicó medidas propias de resucitación para que arrojara un hueso de Mamey que se le atoro en el pescuezo, “ No cabrón si yo revivía las vacas, que no pueda resucitar al Nino”, esto mientras el susodicho tomaba poco a poco aliento, auxiliado por Enrique que se encargaba de reanimarlo poniéndole chiqueadores de jitomate asado, pomada de la campana, y masajes en su pescuezo de gallo de palenque, “Me cae que la vi cerca, pinche Enrique, y estos cabrones ve el pendiente que les da”, en eso andaban cuando vino la jugada del Penal de Barrera, “Si se puede, si se puede” era el grito de todos mientras el negro ya había cambiado su colorido tocado Sudafricano por un Penacho azteca decomisado a Gabriel Guzmán, descendiente directo de Huitzilopochtli.

“Ahora si, ahora si va, viene” vino el tiro de Cuatemochas y de nuevo el grito de guerra tenocha “Gooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooool" aunque Nino de nueva cuenta fue a dar al piso de la purita emoción ahora si nadie le hizo caso, y hasta el mismo Terry Henry brincó encima de él para abrazarse con el resto para celebrar la segunda anotación.

En la reanudación del juego, mientras todos cantaban el cielito lindo de pronto al ver que se acabó la botella se dieron cuenta que el Nino seguía en el suelo y no respiraba, “Ah no mames, ya se murió este guey, y no mando traer la otra botella”, “¡ A ver!”, asustados inventaron toda especie de ritos Chichihuis y Sudafricanos, “¿Nino, padrino, no te nos vayas!” lloriqueaba ya el Negro cuando de nueva cuenta Toto lo regreso a la vida, “No mames pinche padrino, si te piensas morir deja pa la otra puta botella, y ahí luego vemos que hacemos contigo” medio aturdido el Nino todavía alcanzo a preguntar “¿Fue gol?”, “Neta, y si te decimos no te vuelve a dar otra mendiga chiripiolca”, el partido llegó a su final, y para celebrar faltaba más el galo de Homero Vázquez tuvo que mocharse con una de Martell, para la tropa porque el triunfo, se debe festejar solo una vez.

“Oye, y quien va ir por Arnulfo” se oyó decir en la alcoholizada mesa a uno de los comensales, “Hay déjenlo, no creo que lo ahorquen, al rato mandamos a Enrique a recoger la Vuvuzela”, y comiendo y chupando la fiesta siguió en espera del siguiente duelo, martes contra la garra Charrúa, y ajua pues.

No hay comentarios:

Publicar un comentario