JOSE MARTÍN -REQUIEM PARA UN MÚSICO-

And did you know...?

I never thought that you'd lose that light in your eyes.

why did we tell you then?

and that you'd never lose that light in your eyes.

(¿Y sabes que ...?

Nunca pensé que perderías la luz de tus ojos.

¿Que diremos ahora...?

Se suponía que nunca perderías la luz de tus ojos.)

POLES APART Pink Floyd

La última vez que recuerdo haber visto a Pepe –Pona para los amigos- fue en la disco Spay, yo estaba tomando cerveza, era de madrugada, ya habían cerrado el lugar; sin embargo algunos nos las arreglábamos para seguir el ambiente un rato más, no por nada era amigo del dueño Jorge Melchor; Pepe esperaba el momento para hacer cuentas, había terminado el “show” si mal no recuerdo actuaba como tecladista en un grupo musical cuyo nombre no me viene a la memoria, cruzamos varias palabras aparte del saludo.

Después, muchos años después le perdí la pista, emigré a la Cd. de Aguascalientes; aquí el sábado pasado (09 de octubre de 2010) me llegó la noticia de su deceso; y como todas las noticias inesperadas –como toda mala noticia- me quedé pensativo por el resto de la tarde, curiosa e irónicamente en ese momento yo escuchaba la canción Coming back to life, después programé Comfortably numb: (Your lips move but i can’t ear what you say) ambas de Pink Floyd.

A José Martin Cortés Martínez lo conocí hace mucho tiempo, cuando era niño; sus padres tenían una papelería por el Portal Zaragoza, ahí lo llegué a ver varias veces antes de que supiera su nombre; recuerdo que después de una navidad su regalo fue un teclado con el que encantado se pasaba el tiempo mientras acompañaba a su mamá o a su papá atendiendo el negocio familiar, Euterpe la musa inspiradora de la música ya lo había atrapado entre sus brazos, con el paso del tiempo de vez en vez nos encontrábamos, Tuxpan era una ciudad pequeña así que la mayoría de los que ahí crecimos nos conocemos, si no por nombre al menos de vista (creo que los viejos conocidos aún nos reconocemos cuando nos encontramos y si estamos lejos, como ocurre en mi caso, de cualquier manera evocamos los encuentros pasados).

A sus papás los conocí también, su mamá la Maestra Agripina compañera de trabajo de mi madre en la escuela primaria Manuel López Cotilla, quien alguna vez me dio clase en los lejanos años 80, con su papá, don Terencio Cortés, fuimos compañeros de trabajo, él era obrero de la planta Cementos Tolteca de Zapotiltic donde efímeramente trabajé como peón eventual.

Hace 7 años, en abril de 2003, en una ceremonia de bautizo colectivo celebrada en el Atrio del Templo de San Juan Bautista, y una vez concluido el ritual, en el templete colocado exprofeso empezaron los acordes, solemnes, nítidos, acompasados, enfáticos de la música sacra y de repente una voz de tenor empezó a interpretar de manera impecable el Ave María de Franz Schubert, todos los ahí presentes guardamos silencio y prestamos atención a la música; en ese momento, me dije para mis adentros, que buen vocalista contrataron para el evento, pues resulta que ese vocalista no era otro que José Martín.

No lo sé con certeza pero para ese tiempo estaba por concluir o ya había concluido sus estudios en la Escuela de Arte Sacro en Guadalajara, lo cierto es que antes de estudiar música sacra, Pepe había egresado de la Escuela de Música de la Universidad de Guadalajara, donde cursó una licenciatura; desde antes había decidido seguir la tradición ancestral que caracteriza a muchos habitantes de nuestro querido Pueblo de la Fiesta Eterna, la pasión por la música fue para él como el canto de las sirenas.

Pepe ejecutaba varios instrumentos de viento, el teclado, vocalizaba, hacía arreglos para algunos grupos y los hacía igual para música grupera, de banda, conjunto, grupos de rock y a diferencia de muchos músicos de la vieja escuela, que guardan para si su técnica por temor a que los desplacen o por egoísmo, a Pepe le gustaba compartir sus conocimientos, esto lo sé porque llegué a verlo dando consejos a músicos más noveles, y asesoraba a otros músicos en la grabación de discos.

Asimismo formó parte de varios conjuntos musicales cuyos nombres se me escapan, amén de que a veces los grupos cambian de nombre con facilidad, fue maestro de música según me informa la amiga Rosa María Valencia y últimamente formaba parte del grupo de rock “BEERS” también conocido como “LOS TRES COCHINITOS Y EL LOBO DEL ROCK” que realizaba tocadas en el bar 5 BIGOTES.

Así pues de lo poco que recuerdo de Pepe queda la memoria de una persona alegre (al menos las veces que platiqué con él nunca lo vi enojado) cuya pasión y forma de vida fue la música y que un día de octubre la muerte lo sorprendió. En la evocación de la persona que fue inconscientemente me sugiero y procedo a escuchar Shape of my heart, Fields of golds, Stairway to heaven, o el blues-rock de Erick Clapton.

Esperemos que Pepe desde otra parte nos esté diciendo lo siguiente: Tomé un paseo celestial a través de nuestro silencio, supe que la espera había comenzado y me dirigí directo al sol brillante, (I took a heavenly ride through our silence, I knew the waiting had begun, And headed straight into the shining sun).
versos finales de la canción de Coming back to life.

Para su familia extiendo una condolencia sincera, sé cuan doloroso es despedir a un familiar, si es doloroso que los hijos entierren a los padres lo es doblemente que los padres entierren a sus hijos, y al igual que ellos todos los que lo conocimos, sus seguidores, lo echaremos mucho de menos; va para ti este modesto homenaje José Martín.

En una novela de Carlos Fuentes leí las siguientes líneas: ¿A dónde van los jardineros cuando mueren? –a cuidar el jardín del paraíso-; yo agregaría lo siguiente: ¿A dónde van los músicos cuando se van? … indudablemente a integrar el coro celestial.

Por Iván Evangelista con la colaboración de Gabriela Jiménez.