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jueves, 23 de septiembre de 2010

CRÓNICAS DEL BICENTENARIO (PARTE QUINTA)

CAPITULO CINCO

…Todo esto mientras Ángel revisaba que estuvieran en orden las pocas sillas, y banderines con que se adornaría el portal y la calle que se esperaba se llenara de gente acercándose la hora, que de acuerdo a los pronósticos meteorológicos de O. Trujillo y asociados amenazaba con lluvia- “Señor presidente ¿como va ese brazo?, ¿Todavía le duele?”- “Nada más cuando me río, pero de ahí en más estoy bien”- entrada la tarde la gente comenzó a concentrarse en el jardín, primero los vendedores de toda clase de de artículos propios de la fecha gloriosa como golosinas, alimentos, máscaras de látex del Chupacabras vendidas por Enrique Reyes a su imagen y semejanza; cascarones de huevo llenos de confeti para quienes les hiciera falta, souvenirs de Tele Sur, charritos de plástico montados a caballo tipo regidor de oposición; pistolitas tronadoras con la firma del síndico, destapadores tipo fuente bicentenaria. Así como en el exterior comenzaba a notarse el fluir de gente en el interior el movimiento parecía hacerse más intenso con la Corregidora dando las últimas indicaciones, “Tapen la mona Bicentenaria porque estos cuates no la acabaron”, “A que horas llega el Mariachi pues”, aunque eso sí, elegantemente ataviada tal y como lo ameritaba la ocasión porque no era cosa de mostrar consideraciones a la hora del repique y las fanfarrias, y sabedora que nunca debe perderse el glamour bajo ninguna circunstancia repartía ordenes a todo aquel que se le pusiera por enfrente. Envuelto en una bandera se apareció el Taqueshi preguntando en qué podía ayudar, enviándolo en comisión especial por 200 litros de ponche de la casa de uno de los conspiradores del comité de fiestas patrias. Cerca de ahí vestido con la alcurnia que marca la circunstancia Francisco Javier Mina Sánchez preparaba lo que sería el recital poético, dancístico, musical, con la presencia como primer numero del ballet folclórico de comunicación social, que interpretaría “Las Alteñitas” con Paco y Dionisio como pareja destacada, el Jarabe Tapatío, el Son del Perico Loro, dedicado a Nacho Isabeles, y las Indias de Tuxpan con lo que termino por prenderse el ambiente.

8) Vivan los Héroes que nos dieron Patria.
“Se imagina regidor que nosotros hayamos sido los verdaderos insurgentes hace 200 años”, “Uy pues nomás date cuenta si hubiéramos enviado a Jorge Vázquez a comprar las armas al extranjero, es hora que todavía estábamos bajo el yugo de la corona española”, y entre risas y chascarrillos poco a poco se iba juntando el cuadro para estar presentes en el momento drástico de la lectura del acta patria; ya en la parte baja el Súper regidor Víctor Campos junto con la doctora Yolanda se encargaron de encender el pebetero bicentenario ante el griterío del respetable público convertido en turba libertaria.-Honorable pueblo…no, no, Mexicanos, y Mexicanas, ay, ay, ay, ay- “Canta y no llores”- “Baboso si el jefe no esta cantando le esta doliendo el brazo”- “Ah perdón jefe, que ocupa ¿le duele mucho?”- “¿Como me oigo?”- “Maravilloso, jefe usted es lo máximo, nació para cantar”- “Que no estoy cantando este dolorcito en el brazo que no me deja en paz”- “Animo señor presidente”, “De esta no se muere jefe usted es más fuerte que todos”, “Es usted un valiente, hombres como usted necesita México”, todo esto alternado por comentarios de Mario, Pelluco, y Ángel. A esas alturas el mariachi ya andaba en Cielito lindo, Cielo Rojo, y Yo soy Mexicano, hombre de a deberás, que cantó el mismo Cesar Campos, hasta que por fin el reloj marco la hora marcial en el que en toda la república se conmemoraría la fecha más importante para todos los Mexicanos, fue en ese momento de la salida al balcón de las autoridades que vino el aplauso…

Continuará

1 comentario:

  1. ¡¡ Muy buena tu crónica Roberto ¡¡
    Me gustó... y esperamos la siguiente parte....
    saludos ¡¡¡

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