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sábado, 11 de septiembre de 2010

CRÓNICAS DEL BICENTENARIO (PARTE TERCERA)

RELATO DE FICCION.

5) Desiertos Mares

Al punto del medio día, los mejores ejemplares equinos se enfilaron rumbo a la pista Cuarto de milla que se instaló a un costado del parque “El Salaton”, lugar donde alazanes, tordillos, negros majestuosos, burros, y una que otra mula se unieron a la comitiva presidencial que encabezaba el Señor Presidente Municipal acompañado de funcionarios, y amigos, todo esto para ver correr en la carrera estelar al -Tres Veces Heroico- cuaco “El Pando”, conocido como el caballo de los pobres en contra del Saino del ayuntamiento que sería montado por Mario Nazario, que alguna gracia debió darle el creador como jockey de briosas monturas. Aunque el riego de cervezas y tequilas fue generoso y alcanzó para todos esto provocó se desinhibieran los ánimos y se rompiera así la solemnidad, al grado que hasta Jorge Vázquez, desenvuelto en coyunturas propias y similares, pidiera una oportunidad para correr en alguna preliminar aunque fuera con Víctor Campos, cuya tejana tipo Chico Marlboro era lo que robaba cámara desde el inició de la trasmisión según el Floor Manager de comunicación social, Hilario “El breve” , así también las crónicas de los historiadores que conocían de los menesteres del pueblo y las cuales permanecerían para lo posteridad, “Se decía según los que saben de esto, que esta brecha donde se va a escenificar la carrera, sirvió durante los tiempos de la revolución para que huyeran en estampida los bandidos de aquella época gloriosa de la independencia, perseguidos por la ley, por eso conmemoramos cada año recordando a nuestros héroes que nunca fueron alcanzados y agradecemos al señor presidente su presencia y la de toda su gente para recordarlos”, mencionó el maestro de ceremonias asignado para el caso. Las cámaras de Tele- Sur cual debe ser no perdían detalles mientras que una moderna adelita transfigurada en Celina Pozos, trataba de llevar el mismo paso que los demás: Las carreras estuvieron parejas, en una ganaban los caballos del señor presidente, en otras no, lo que hacía que el dinero de las apuestas fuera y viniera de un lado a otro, que incluso el biólogo Juan Carlos Vázquez, se alcanzó a hacer de un capital que ya andaba a la idea de cambiar su ford Fiesta color plata, por un modelo mejor, y más moderno. Todo esto hasta que llego el momento estelar, apareciendo por uno de los costados Pepe Zuno, vestido de Pancho Pantera Pistolas, que se llevó la ovación de la plebe, y más allá Mario Nazario, ataviado como el auténtico, único y original Charro Negro faltaba más, ambos dieron una vuelta a paso lento reconociendo el terreno, el primero acompañado en las bridas por Gabriel Guzmán, disfrazado de “El Chicote”, y Ángel Gómez, en la versión de Fernando Soler en la película de la Oveja Negra.

Aun el sol brillaba en el horizonte, y la euforia crecía entre los asistentes tanto que el capitán Mariano Ablasolo buscaba amarrar una apuesta en contra de su compadrito Jorge Vázquez, el primero apostando su peculio por Pancho Pantera, quien con un paliacate amarrado a la cabeza asemejaba una estampa del Siervo de la Nación, esto porque según dijo el capitán Pancho Pantera siempre fue su ídolo desde chiquillo, junto con el Pando, ya todo un personaje entre los pobres, mientras que el segundo se declaró materia dispuesta para inclinarse a favor del Charro Negro, y su cabalgadura , que daba más trazas de pregonero de los carros alegóricos de Semana Santa a un verdadero y real jinetee de carreras. Fue la Banda Macabra de don Aurelio Melchor entonando el Moro de Cumpas, la que le puso sabor y un toque festivo al encuentro, y en ese momento de clímax apareció Gabriel Mejía, vestido como paisano, con un sarape verde terciado al hombro, botas con espuelas, y un sombrero con la leyenda de “Viva México Cabrones”, acompañado de sus asistentes que cargaban sendos garrafones de frutal y aperitivo ponche de guayabilla con tamarindo, y de granada real, haciendo ver -claro está- sus intenciones para jugar a favor del Pando, que de ganar esta carrera se iría a la consagración y según alegaba a los que le preguntaban por qué apostaba sus canicas por tal caballo, lo hacía porque veía que ese caballo era alegre y querendón como su dueño, y jinete y ya casi lo estaba viendo del otro lado de la pista recibiendo los honores de campeón.

Sandoval el mero jefe de la policía fue quien sacó su pistola de cinco tiros para dar el disparo de salida, que aprovechó el Saino del ayuntamiento para salir en estampida cual si estuviera viendo algún proveedor incómodo, lo que provocó se levantara una polvadera que hizo toser al público cercano, y alborotar a sus apostadores incluyendo al señor presidente, mientras que El Pando hacía esfuerzos por mantenerse firme y darle alcance a su rival, a la mitad de la carrera el Charro Negro se dio el lujo de voltear para ver que tan lejos estaba de él su contrario, mismo que sudaba copiosamente cual empedrador de calles, pero el grito de Mariano Ablasolo, de “Corre penco del demonio, o mañana terminaras convertido en jamón como tu patrón”, fue el detonante que hirió su amor propio y como si entendiera diera alcance al favorito del gobierno, y lo rebasara por un cuello antes de llegar a la meta ante el regocijo del público escuchándose tartajoso un grito entre la multitud “Ora si mendigos, ni certificados por Agenda desde lo local nos ganan.”

6) PREMIO AL CHARRO COMPLETO

Al día siguiente, tal y como se acostumbraba, se celebraría el día del charro bicentenario, muestra folclórica representativa de la cual había todavía algunos especimenes en exposición. Fue temprano, cuando afuera de la presidencia se alistaron algunos penco para llevar a cabo una cabalgata conmemorativa de tan memorable día, hubo farolones, pencos de buena estampa y más, todo para ser montados por el señor presidente y sus regidores que marcharían en el contingente charro, incluyendo un perchero de envidiable estampa que sería montado por Lalo Marín, que algunos consideraban era algo así como el Charro del misterio, aunque su verdadera identidad estaba más cercana al mítico Payo de las revistas de aventuras campiranas, total que hasta Jesús Osvaldo quien presumía sangre de caporal tuvo que montar ensombrerado, y ser el responsable de cargar el estandarte charro siendo uno de los más fotografiados por el público, Gabriel Mejía, espuelado y con su sarape terciado al hombro se trepÓ a su caballo conocido como “El Tormentas”, mientras que el licenciado Lauren que le había sido llevado un caballito chiquito para que no corriera riesgos de sufrir algún accidente, exigió se le asignara una montura de acuerdo a su representación cabildicia, trepándolo a un majestuoso Prieto Azabache, auxiliado por Homero Vázquez, y Ángel Gómez para que se sostuviera en su montura, y no se mareara en lo alto. Así que todos montados cual banda de forajidos, trotaron a paso lento para ir al punto donde se deberían de reunir con los Ruices, los Barboza, los Mejía, los Velasco, y los Vaqueritos de Tele Sur, encabezados por el incólume Lamberto ataviado con su pañuelito morado amarrado al cuello, esto más que uno que otro improvisado que se unieron a la bola con tal de salir en la foto del recuerdo Bicentenario. Debido a que la banda contratada con antelación no llego, presuntamente porque no le pagaron adeudos pendientes que se tenían de trabajos anteriores, se tuvo que llamar a la heroica banda de don Chon Vázquez, que también saben montar a puro pelo, y con “El Sauce y la Palma”,. Seguida de “Arriba y Adelante”, iniciaron la marcha triunfal sintiéndose los participantes el ejercito trigarante entrando a la ciudad de México con Agustín de Iturbide y Vicente Guerrillero al frente...
…Continuara

1 comentario:

  1. Robert !Me gustó mucho tu artículo! no paré de reir pues mi imaginación es muy laboriosa.... y con tal descripción, casi casi sentí el polvo de las carreras rozando mi cara... jejejeje
    Sigue así !!!!
    Y como para cuando subirás la siguiente parte ???
    que estés bien... Y !!Arriba México!!... Feliz Puente Vagacional....

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